En la sala común.

Como siempre había acabado perdida y había regresado a mi sala común, parecía que ella me quería allí y no tenia motivos para no quedarme con ella. 

Quizás no quería quedarse sola, debía ser muy triste no tener compañía. Entre en la sala acariciando una de las paredes sonriendo y esperando que el lugar sintiera mi presencia, allí no tenia que contener mi brillo o mi aroma allí podía ser yo, por lo que al entrar me saque mis preciosos zapatos de charol y note a una muchacha rubia allí.
Sonreí al techo mirandolo poniendo mis manos sobre mis caderas queriendo regañar a la sala, pero si se había tomado la molestia de traerla de regreso es por que se trataba de una buena persona y seguramente de alguien que seria bueno conocer.

Lleve mis manos a mis espaldas y con suaves pasos bailarines hasta quedar frente a es muchacha con un aroma extravagante. 

Puse una de mis mejores sonrisas y mire a la muchacha. 

- Hola - dije mirandola para que supiera que hablaba con ella, aunque en aquella bella habitación bastante iluminada no había nadie mas que ella y yo.

Sonríe de forma mas amplia cuando la muchacha me respondió dos saludo, estaba bastante emocionada por ese nuevo año y porque conocería a nueva gente. 

Y al parecer no solo de los otros colegios sino también de los otros colegios, vi cuando la chica se presento. 

- Es un placer conocerte Jessica- dije antes de una suave reverencia- Soy Alices Lovegood, soy estudiante de sexto año, tienes un muy bonito nombre. Gracias pero no, los caramelos de limón no me sientan bien. Eres muy amable de todas formas, sentemos para conversar te parece ?- pregunte mientras le señalaba los sofás .

Las segui sonriendo a los sillones contenta de poder conversar con alguien al fin, pues parecia que las chicas de mi casa se la pasaban ahora mirando a los muchachos del colegio hungaro y yo preferia estar tranquila, si los llegaba a conocer sería bueno pero no moriria por conocerlos.

Me acerque al sillón cercano al e la muchacha y con cuidado acomode mi falda para tomar asiento en él sillón, con cuidado saqué la pequeña capa que tenia sobre los hombros y deje la tela sobre el brazo de este. Respire más tranquila y aliviada.
Escuchando lo que decía la muchacha de aspecto agradable.

-Gracias, eso le alegraria saber mucho a mis padres, en especial a mi padre que puso la s al final- dije mientras apoyaba las manos sobre mi regazo sonriendo bastante contenta de saber que a alguien le gustaba mi nombre, aparte de mí. -Si, yo estuve en Beauxbaton desde que descubri mis poderes, es un lugar muy especial y mágico el jardín de rosas es el lugar preferido de todas deberias ver la cantidad de tipos de rosas hay en nuestro jardín, es un lugar muy romantico y relajante. - mi tono era de ensoñación y no podia evitarlo era mi lugar favorito aunque ahora tenia miedo de que algo malo pudiera suceder con aquella fusión de los colegios.

-Las chicas son un encanto aquí, solo tienes que tener cuidado con las muchachas de Meraq, son un tanto peligrosas si llegas a caerles mal.- medite un momento pensando que más aconsejarle a la muchacha.

 
Sonreí a aquella muchacha tan agradable, parecía que todas en mi casa eran un encanto y aquello me aliviaba de sobre manera. Se veía que ella era muchacha muy fuerte y soñadora, era agradable de saberlo con los tiempos en los que estábamos pasando era bueno ver dichas cualidades en la gente.  Mis compañeras  de curso aun no se recuperaban de aquel ataque sufrido el año pasado, pero las mas jóvenes parecían mas dispuestas por dejar aquel recuerdo en el pasado y seguir adelante. En lo personal yo aun me hallaba disgustada en el ataque pero por mi padre trataba de estar tranquila, a diferencia de otros padres el si tenía ese lazo conmigo que podía delatarme. Era su hija...su cría como dirían muchos porque el era también un semiveela y solo se rompería ese vinculo cuando mi pareja llegara. 

Un mechón de cabello se escapo de mi peinado destruyéndome de mis pensamientos justo para escuchar las partes importantes de la conversación con la muchacha  y sonreí de aquella forma cariñosa como quien ve la travesura de un niño pequeño, mientras acomodaba de forma gentil mi cabello.

La escuche con atención tratando de evitar que mi cabello se moviera, pero fue una batalla que no pude ganar. 

- ¡Oh No! - Rei de forma alegre por aquel inofensivo comentario, pues para muchos era el misterio mas grande como nuestro jardín podía mantenerse tan bello, mire a mi alrededor un momento y me incline a modo de darle a conocer el secreto.- Este es un Secgeto asi que intenta no gevelaglo,  tenemos hadas que se encaggan de cuidag el jagdin de gosas. Ellas lo hacen con mucha aleggia y cuidado, incluso se sabe que ellas las ayudan a volveg a cgeceg ...lo hemos compgobado con antegiogidad. Cuando egamos mas pequeñas con mis compañegas de habitación no podíamos asistig a los bailes de la escuela con los de Dugmstgan. Y cuando ellos llegaban si destgosaban el jagdin pego al día siguiente estaba tan hegmoso como si fuega un día más. También si buscas bien vegas las tgavesugas que hacen al pintag las gosas.- hablar de aquello era muy divertido para mi, pero la conversación debía seguir asi que cuando ella prosiguió yo solo sonreí. Quizás deje que mi imaginación y mis recuerdos eran algo que no podía detener por lo que vino a mi un recuerdo de una joven elven a la que hacia unos días le había comenzado a introducir en el arte del significado de las flores. 

Eran unas de esas cosas que no podía evitar y por la cual Miroslav, mi mejor amigo,  siempre me regañaba: ayudar a los demás.

- no todas son malvadas o de cuidado, yo tengo a mi mejog amiga en Megak, se llama Logelei y es un poco especial... - se rie de pensar en su querida amiga de la infancia y su extraño carácter, siempre había pensado en compartir recamara con ella pero el destino las había separado por varios motivos. Aunque últimamente pensaba en pedirle ayuda con. Su apariencia pues la extraña voz que escuchaba durante las noches la quería hacer pensar en el verse bella para atraer la atención.