Tratando de alegrar a Max (Maximo Lovecraft)

Había citado a Max para que nos viéramos en el invernadero, sabía que estaba triste, deprimido y con el corazón roto, yo no era tan buena subiendo ánimos, pero tampoco tan mala, así que había decidido tratar de alegrar a Max.
Las clases del día habían terminado, yo corría a los invernaderos con una bolsa colgando de mi hombro, la cual mientras corría me daba golpecitos suaves en la espalda.
Llegué jadeando suavemente, entré al pequeño invernadero alegremente y me dejé caer en una esquina. Me gustaban mucho los invernaderos, de alguna manera me recordaban al lugar de donde venía, extrañaba a mi familia, aunque no los haya conocido, pensaba en Frederick, en Sam, en mis tíos en todos los que había dejado por Beauxbatons, pero mis tíos no tenían tiempo y Frederick y Sam menos tiempo aún, así que lo único que hice fue acomodarme y ver a mi alrededor, todo era diferente, por eso debía acostumbrarme, ya habían pasado después de todo dos años.
Sonreí para mis adentros y pensé, sí yo me pongo melancólica, nunca lograré sacarle los malos ánimos a Max, acto seguido saqué unos pastelillos que sabía que le subirían los ánimos a cualquiera, hecho esto me acomodé mejor a esperar.

Pastelillos:

Ky me había citado en los invernaderos, al parecer me había notado un poco triste y decidió alegrarme, sali de mi sala común y lentamente me fui dirigiendo hacia los invernaderos, por el camino veía a los cuadros moverse y aunque siendo tarde no me encontraba con muchas personas por los pasillos lo cual era habitual, me encontre por el camino al fantasma de mi casa El Fraile Gordo al cual salude:

- Hola Fraile, bonita tarde cierto- Le sonrei y este respondió- - Hola joven Lovecraft, si es una linda tarde en realidad

Luego de despedirme continué mi camino hacia el invernadero para mi cita con Ky, al llegar ahí no la vi lo que me era extraño ya que ella fue quien me cito levante la mirada y como no le logre ver dije en un tono fuerte pero sin llegar a gritar:

- Ky estas aqui?

Escuché la voz de Max y al instante me levanté del suelo y salí de mi esquina, sabía que era él, ya que no muchas personas me llamaban Ky, solo Gaby y Max, y como esta era una voz masculina, estaba segura de que era él.
-Si, estoy aquí.- dije sonriendo.
No sabía si los invernaderos eran un lugar donde los alumnos podían estar tranquilamente sin que un profesor los viera y los regañara, pero me lo iba tratar de tomar a la ligera y no preocuparme demasiado por eso.
-¡Max!- le dije sonriendo -ven, vamos donde un profesor o prefecto no nos pueda ver, ya que no estoy segura si los alumnos peden estar aquí o no.-
Lo llevé a la esquina donde estaban los panquecillos y le dije:
-¡Sorpresa!-
Lo volteé a ver esperando que reaccionara de manera positiva, esperando a que se le subieran un poco los ánimos.