Broken Rose in a Bar[Libre]

La noche era helada, y muy pocas personas se dedicaban a caminar por hogsmeade, menos a esas altas horas de la madrugada, donde sola reinaba la oscuridad con suaves reflejos de la luna. Una silueta silenciosa caminaba a paso decidido sin mirar a las pocas personas con las que se cruzaba, sin duda personas oscuras como ella o simplemente con ganas de beber unos tragos con los amigos.

La capa cubría todo su cuerpo en totalidad, a medio camino se deslizó la capa que cubría su cabeza, dejando libre finalmente su larga cabellera negra, que a cada paso que deba parecía moverse con vida propia, salteó a un par de personas que quisieron detenerla y continuo su andanza, hasta que uno osó agarrarla del brazo. La chica se giró y alzó una ceja que lo más seguro no sería vista, en aquella oscuridad no sé podía apreciar los rasgos bien definidos.
El hombre con clara embriaguez logró pronunciar que le invitaba a una copa, la muchacha sonrió y aún sin soltarse de aquel amarre se acercó más a él insinuantemente.

-¿Sólo una copa?-Preguntó provocativamente.
El hombre tragó con fuerza, y antes de que pudiera contestar, la joven comenzó a caminar obligando al hombre a seguirla si no quería que su amarre se deshiciera, se adentraron hacia una callejuela aún más oscura.
-Aquí estamos solos, tú y yo-Siguió con tono seductor.
Llevó una de sus manos hacia la capa, para ojos inexpertos ese acto parecía inofensivo, con afín de desprenderse de la capa, pero esa mano viajo hasta obtener la varita; el hombre parecía tan extasiado que se mantenía con la boca abierta, la chica sonrió y fue levantando la varita a poco a poco, hasta pronunciar en un susurro casi silencioso:

-Fuente de vino-.

Un chorro de vino comenzó a salir de la varita de la joven oscura, hacía la boca del pobre hombre ebrio que había caído en la tentación con la persona menos indicada, hallando así su muerte. El hombre parco en reflejos intentó apartarse, el ahogo estaba pudiendo con él, la chica continúo con el hechizo hasta que el hombre se desplomó, sólo así la oscura silueta guardó nuevamente su varita y se agachó hasta tocar el pulso del hombre, una sonrisa se asomo en sus labios y se levantó nuevamente, miró hacia la salidas del callejón y hacia el hombre sin vida que yacía en el suelo.
Pasó por su lado como si tal cosa y continuo su caminar hasta alejarse de aquel callejón, una muerte así en aquel hombre no sería tan sospechoso, debido a que ya andaba ebrio antes, todo habría sido un accidente no intencionado, no hacía falta que tomará su exquisito tiempo en esconderlo. De todas formas volvió a sacar la varita y pronuncio con un ligero tono:

-Anillos de humo-.

De su varita comenzó a brotar anillos de humo plateados, borrando así su anterior hechizo creado, sonrío hasta guardarla y continuar con su camino inicial.

Se acercó a la cascada puerta y la abrió adentrándose hacia el ruidoso local, fue dar un paso dentro y todos callarse al ver quién entraba en el establecimiento. La joven alzó una ceja y dejo escapar un gruñido, y las conversaciones parecieron reinar de nuevo en el local. Los ojos verde azulados impactaron con otros conocidos y la muchacha se dirigió hasta allí. Una vez a su lado se desprendió de la capa negra, dejando a la vista una silueta frágil en su parte exterior, pero muy lejana a la realidad. Vestía un vestido negro algo estrecho, junto con unas botas altas de estilo cuero negro hasta casi el muslo.

-Vodka seco- Cuando le pusieron la copa en frente, la muchacha mira al cantinero con una sonrisa conquistadora. –Deje la botella- El cantinero parpadeó, pero acabo asintiendo y deposito la botella al alcance de la chica, para después desaparecer algo nervioso.
-Sabía que te encontraría aquí-dijo sin más pero con un tono divertido, para poco después beber un largo trago.
Luego la miró con un brillo especial en sus ojos, sabiendo que lo más probable es que su hermana supiera porque parecía estar de buen humor.