New school year: Welcome to de hell ( Libre/Libre)

La noche teñía el cielo del castillo de la comunidad, la cena de bienvenida a la escuela había terminado, para ella,tras todos los alborotos que conllevaban la selección de las casas para los alumnos de primero, ya aburrida ella del sombrero seleccionador miro fascinada como las otras dos escuelas seleccionaban las casas de sus nuevos integrantes, a pesar de que para los demás de su casa estaba mas concentrada en su ejemplar de una revista mágica independiente, dedicada a las pociones y encantamientos,  se había visto absorta en el deslumbrante efecto del espejo de Beauxbatons que daba a sus alumnas unas singulares insignias de joyas que las identificaban, lo cual le parecía mas llamativo que el estúpido sombrero parlanchín que se dedicaba a gritar casas haciendo que su uniforme cambiara a los colores de las casas; hasta la voz de la capa del rey y ese majestuoso  momento donde los muchachos parecían bellos príncipes que se convertirían en reyes, era algo mucho mas digno que el decrépito sombrero de su escuela.  

Cruzó su mirada con su hermana que se hallaba en la mesa de Slytherin, ella parecía estar mas concentrada en los ejemplares que llegaban a su casa. Esa casa que hasta hace un año había sido su casa donde en su momento había conseguido amigos que tras su cambio de casa aun habían mella de su promesa de que la seguirían acompañando hasta el final. Después de todo los de Slytherin cuidan a los suyos y eran tan astutos como para saber que ella no era la clase de muchacha que tras asesinar gente dejaría tatas pruebas a su nombre. Quizás no se mostraban tan amigables en publico como antes pero cuando los había necesitado habían sabido defenderla o proporcionarle lo que necesitaba, además su lado veela aun le permitía tener a aquellos pobre ilusos admiradores que la llenaban de obsequios y se desvivían por cumplir sus necesidades ...pese a que ella les odiaban por se hombres.  Su hermana pareció lanzarle una significativa mirada y ella volvió a su revista hasta que las mesas comenzaron a llenarse de diferentes manjares. Ella tomo un par de cervezas de mantequilla y un panquecito de chocolate y se levanto para ir a la sala común, sabia que su acto llamaría la atención de la gente que comía en su mesa y no solo por el hecho de levantarse sin probar bocado, sino también por el simple hecho de que a diferencia de los de su escuela no llevaba el uniforme escolar, en su lugar llevaba una chaqueta estilo militar negra de botones plateados que se ajustaba a su cuerpo, una camiseta verde, unos jeans negros  rasgados en diferentes sectores de su pierna y ademas adornados con tachuelas metálicas su conjunto terminaba su atuendo con un par de botas que llegaban a la mitad de su pierna de color negro y un tacón punta aguja.  En su mano derecha llevaba un guante de tela de seda que dejaba sus dedos al aire y en el un bello anillo con una enorme piedra roja que llamaba ahora la atención debido a que llevaba entre as dedos los cuellos de la botellas de mantequilla, en la otra solo llevaba su revista mientras salía del gran comedor y dejaba a la gente comiendo. Seguramente Arianna, su hermana gryffindor, la regañaría pero no le importaba. La relación con ella hacia mucho tiempo se había visto dañada por su amor a los muggles, asi que su opinión había empezado a tener el mismo peso que tenía la de cualquier sangre sucia que se opusiera a llevarle la contra. 

Camino tomandose su tiempo, sabia que esa cena tomaría demasiado tiempo, como el que se tomaba el baile cercano de bienvenida, que se realizaba los viernes como cada año, asi que el tiempo le sobraba, además corrían los rumores de que un alumno de Durmstrang organizaría una fiesta esa misma noche, por lo que seguramente los ñoños de la casa en la que estaba obligada a vivir se alistarían y serian los primeros en llegar a dicho evento, así que la sala común seria suya aquella noche. 

Llego sin darse cuenta a la toree de Ravenclaw y dio el santo y seña al retrato para entrar, aunque dio la misma lata de siempre enviándola a Slytherin y dando aquel aburrido sermón de siempre. Saco de su pierna izquierda su varita y le apunto amenazando con destruir el cuadro si no dejaba entrar, después de todo estaba desobedeciendo las ordenes del director al no dejarla pasar y tendría la excusa perfecta para conseguir un nuevo retrato con alguien más servil.  El retrato de mala  gana le dio el paso y ella entro en la habitación, la chimenea ya estaba encendida e iluminaba el centenar de libros que había para el deleite de los cerebritos, se acerco al sofa mas cercano a la chimenea y dejo sus cervezas y el panquecito sobre la mesa y se recostó en el sofa dejando sobre su vientre la revista, estaba cansada del largo viaje y mas de tener que aguantar un segundo año con los fríos y ñoños ravenclaw, además de ahora contar con las estúpidas de Beauxbatons y los trogloditas de Durmstrang, parecía que el mundo estaba comenzando a complotar en su contra y aquello no le gustaba, metió su mano en el bolsillo delantero de sus jeans y saco de ella una caja azul con delicados adornos plateados que se movía dándole un efecto mágico a la caja de cigarrillos delatando lo mágico que eran aquella caja y su contenido. 

Ella saco con sus delicados un un cigarrillo largo de color azul y un filtro de color negro con detalles en un plomo, cuando lo llevo a sus labios el plomo se torno plateado y cuando lo encendió con su varita los adornos plateados comenzaron a danzar. Aunque lo que se esperaba en algo que se quemaba no arrojo ese olor desagradable, sino, comenzó a emanar un olor agridulce y con un toque cítrico de un humo platinado. 

Ella sabia que estaba prohibido fumar, porque muchos sangre sucias estaban acostumbrados a la muerte química hecha en cigarro que vendían y no aquel tipo de cigarro que los fabricaba una larga dinastía de magos de sangre pura y solo dejaban aquel placer agradable. Ya había tenido problemas con los prefectos por este tema y por eso ella  le había roto las narices tanto como a ella como a el. Así que no se atreverían a molestarla a sabiendas de lo que podía hacerles, se río suavemente  mientras cerraba los ojos.