Camino hacia el ... ya no recuerdo [Giovanni Scarletti/ Libre]

La noche se cernía como un manto sobre la comunidad memories, todos parecían dormir con tranquilidad acostumbrada o realmente solo la hacia la gran mayoría. Pues la noche en aquella comunidad era algo que no se mencionaba con demasiada frecuencia, el tema solo a parecía en las conversaciones de los pasillos y todo apuntaba a que la causa de que la seguridad se habia incrementado era la aparición de las otras dos escuelas, como todo buen mito urbano corría el rumor que la vigilancia había aumentado no solo por la cantidad de alumnos, sino, porque en aquellas otras escuelas existían alumnos de características “especiales” lo cual servia para mantener lejos a los alumnos ya que el rumor habia llegado a crecer tanto que se decía que había hijos de dementores, dragones humanos y mujeres que solo con hablarte podían arrancarte la vida. Entonces las noches se habían vuelto tabu a la hora de conversar.

Dentro del castillo solo pocas personas que se hallaban despiertas a esa hora, profesores que preparaban las clases, prefectos que hacían rondas y solo algunos alumnos alumnos que tenían un permiso especial. De este extraño grupo solo una realmente podría llamar la atención aquella noche, no exactamente por el hecho de ser una de las pocas personas que se hallaban despiertas tan tarde, sino, porque se hallaba en uno de los sectores más peligrosos de la comunidad: las mazmorras. Las que actualmente se veían escasamente iluminada por las velas que trataban de hacer su mejor esfuerzo en aquella lucha contra la oscuridad, sin embargo de repente la oscuridad y la luz de las velas se veían opacados por un brillo blanquecino de aspecto sobrenatural , que de rara manera a su vez irradiaba una extraña calidez tranquilizante. No se escuchaban pasos que alertaran la presencia de un portado de la luz, solo se escucha el goteo del agua al caer al suelo mientras la luz se sigue moviendo por el pasillo, hasta que de repente se escucha una voz.

-Uh…cgeo que me volví a pegdeg - susurra una suave y dulce voz a pesar del acento que se notaba en ella, revelase entone que la dueña de aquella brillante luz era una muchacha, una muchacha de tez brillante y cabellos blanquecinos que se movian al compaz de un viento imaginario el vestido rosa que llevaba daba en ella un efecto angelical. Más sobre sus manos no llevaba ningún artículo que produjera luz, ella era quien por si misma expulsaba aquella luz además de un aroma dulce y picante que recordaba a la canela. A pesar de que sus ojos y rostro reflejaban su angustia esta no menguaba su belleza, solo la engrandecía por algún extraño motivo.

La pequeña muchacha de aspecto frágil miraba a su alrededor buscando algo o alguien que le indicara donde se encontraba, entonces un olor a jazmin la hizó volteándose a ver a la dirección de donde provenía el olor, aquel olor era algo singular para la muchacha que avanzaba, ese olor le era familiar quizás podría tratarse de una criatura como ella, animada ante la idea una sonrisa se dibujo en su rostro aumentando el ritmo de sus pasos, pero sin perder esa gracia tan propia de ella que la hacia resaltar aun más en aquel lugar. Miraba a su alrededor buscando otra luz como la de ella, estaba completamente anciosa que no se percato de que se percato que se tropezo con algo, hasta que estuvó en el suelo con todo el cabello en el rostro.

Gimió ante el dolor de la caída, el suelo parecia en ese momento más duro de lo que habia imaginado antes, comenzó a apartar su cabello con cuidado para poder ver que habia sucedido en aquel momento.